Por Fernando Ottati
Con la secuela de Aquaman, titulada: Aquaman, el reino perdido, culmina el DCEU (DC Extended Universe), un universo cinematográfico de DC Comics que intentó copiar el éxito de Marvel con su reconocido MCU (Marvel Cinematic Universe). El DCEU comenzó con la película del 2013, Man of Steel, dirigida por Zack Snyder (300, Watchmen), que generó opiniones divididas con respecto a este nuevo universo, ya que, en esa primera entrega, Superman mataba a un enemigo, la acción transcurría en forma muy lenta, y la paleta de colores estaba muy apagada, a diferencia del mundo colorido de Marvel. Este universo de DC Comics contó con 16 películas, que incluyeron 2 versiones de Justice League, una que fue terminada de dirigir por Joss Whedon, y la que supuestamente era la idea original que culminó Zack Snyder, 4 años después del lanzamiento del largometraje original. En este universo de DC, podemos destacar como buenas películas la de Wonder Woman del 2017, la de Aquaman del 2018 y la de Shazam! del 2019, ya que el resto de películas fueron de muy mala calidad. Para el año 2023, lanzaron Shazam 2, The Flash, Blue Beetle y Aquaman 2; y lamentablemente, todas estas películas fueron consideradas un fracaso.
Ya habían comenzado los rodajes de dichos largometrajes cuando asumió James Gunn para intentar salvar las películas de superhéroes de Warner Bros. Gunn creó un nuevo universo titulado “Chapter 1: Gods and Monters“. Su primera película se estrenará en el 2025, titulada: Superman: Legacy, dirigida por el mismo Gunn y contará con David Corenswet como Superman y Nicholas Hoult como Lex Luthor, entre muchos otros actores. El universo de películas de Marvel fue muy exitoso, hasta el lanzamiento de Avengers: Endgame, pero a partir de ese momento se lanzaron muchas películas y series de superhéroes en la plataforma de Disney+, el mercado se saturó y se generó la llamada ‘fatiga de superhéroes’. Por esa razón, DC no lanzará en cines ninguna película en el 2024 y Marvel intentará hacer lo mínimo.
Con respecto a Aquaman 2, al igual que en la primera entrega, la película fue dirigida por James Wan (Fast and the Furious 7). Jason Momoa es el gran protagonista como Arthur Curry, en el rol del rey de los mares, acompañado de Amber Heard como su esposa Mera; Patrick Wilson como su hermano Orm, Dolph Lundgren como el rey Nereus; Temuera Morrison como Tom, el padre de Arthur; Yahya Abdul-Mateen II como el villano Black Manta; y Nicole Kidman como la madre de Aquaman, la Reina Atlanna. El gran ausente en este filme es Willem Dafoe, quien interpretaba a Vulko, el mentor de Aquaman, quien lo guiaba en la primera película, al cual en esta película dicen que murió por la polución del planeta.
La trama de esta secuela es muy sencilla; en la primera película, Aquaman dejó que muriera el padre de Black Manta, y es por eso que se convierte en su enemigo e intenta matarlo; para este largometraje, Black Manta regresa y no solo quiere matar a Aquaman sino a toda su familia, y para poder hacerlo encuentra el Tridente Negro del reino perdido que lo hace más poderoso y que lo conecta con el malvado Kordax. Aquaman rescata a su hermano de la cárcel y juntos intentarán vencer al poderoso y mortífero Black Manta. En esa línea argumental simple se basa toda la película; a eso también le incluyen la idea del Orichalcum (una sustancia verde que es tan tóxica como el petróleo) y el calentamiento global que causa estragos en ciertas partes del planeta, y luego hay muchas referencias a películas anteriores de superhéroes donde repiten las mismas fórmulas.
Por citar un ejemplo de ello, en Thor: Ragnarok, Loki y Thor se unen y eso se da en esta misma película: el hermano bueno con el hermano malo juntos para derrotar a un villano, y al final el malo se hace bueno. Inclusive, durante un momento de la película, Aquaman llama a a su hermano “Loki”, un villano de un universo diferente. El final de la película tiene escenas copiadas tanto de Black Panther, con lo que hace la gente de Wakanda con su tecnología, como de Iron Man, cuando hace una conferencia de prensa en su primera película del 2008. También hay escenas que recuerdan la forma en la cual el héroe detiene un tren en Spider-Man 2 y también cómo Willem Dafoe hablaba con su personalidad de Green Goblin frente a un espejo.
Durante Aquaman, el reino perdido, quien cobra mucha importancia es Orm, el hermano malvado de Aquaman y ahí podemos notar la gran actuación de Patrick Wilson, quien se roba la película pues se toma más en serio que nadie su papel. En esta ocasión, Momoa interpreta a un Aquaman que se aburre y se duerme en reuniones importantes al ser el rey de los mares. Y también está cansado por ser padre de un bebé (que también posee poderes) y Momoa realiza el papel de un Aquaman que actúa de manera muy tonta y parece que lo único que le interesa es hacerse el chistoso y tomar cerveza. Lamentablemente, estamos tan acostumbrados a ver efectos especiales tan malos en películas de superhéroes que eso ya no nos llama la atención, pero aquí vemos varias criaturas del mundo de los mares, algunos cantantes, otros en roles jerárquicos en tribunales, y uno que aparecía en los cómics, el pulpo Topo como un estratega que lo ayuda para recuperar a su hermano de la cárcel en un desierto.
Esta película está tan conectada con la primera parte que durante la misma nos muestran varias escenas de la Aquaman original para ponernos en contexto, pero los fanáticos que ven estas películas varias veces, las recuerdan perfectamente. La trama es tan simple que esta película deja de interesar desde que comienza, ya que no hay nada que nos sorprenda durante toda la cinta. Es totalmente predecible en todo aspecto y “roba” escenas de anteriores películas de superhéroes.
Este es el final del DCEU y acaban todas las especulaciones sobre las teorías de si aparecería en las escenas después de los créditos, el Batman de Keaton, o el Batman de Affleck, (no aparece ninguno); aquí termina este universo, esperando que James Gunn tenga mejores ideas para el futuro de las películas de los legendarios personajes de DC.