Por Fernando Ottati

“¡Shazam! La furia de los dioses” está protagonizada por Zachary Levi como Shazam; Asher Angel como Billy Batson; y Djimon Hounsou como el Hechicero, entre otros. Para esta segunda parte se unen al reparto tres villanas: Rachel Zegler (de origen colombiano), Lucy Liu, y la reconocida actriz Helen Mirren.

La primera película de Shazam, estrenada en el 2019 fue diferente de todas las anteriores del universo cinematográfico de DC debido al humor empleado por el personaje principal. En los cómics, Shazam es un héroe que no apela al humor, ni a las bromas, pero para su versión en cines, los guionistas decidieron hacer al personaje como un niño burlón que está dentro del cuerpo de un hombre con superpoderes. En esta segunda entrega, las bromas están presentes, pero no logran el mismo resultado que en la primera película. Las escenas con diálogos que buscan provocar la risa no son graciosas, y el adolescente que interpreta a Billy Batson no se comporta de la misma manera que el personaje principal. El actor que personifica a Batson, en las pocas escenas que aparece a diferencia de la primera película, luce serio y responsable, mientras que su rol cuando es superhéroe, al convertirse en Shazam, es tonto y burlón, por lo cual, los dos parece que tienen una personalidad totalmente diferente. Al final de la primera película, todos los hermanos de Batson cobraron los mismos poderes del héroe principal, pero a ninguno se le nota personalidad en esta secuela. La única que sobresale es la niña más pequeña de la familia, que al estar en el cuerpo de una mujer adulta, toma decisiones muy tontas y ridículas, y eso, lamentablemente, tampoco resulta gracioso. Además, llama la atención la manera en la cual esa misma actriz promociona constantemente las pastillas de una reconocida marca de golosinas.

Las motivaciones de las villanas tampoco son claras. Las tres hermanas, con diferencias notorias de edad (por razones no explicadas, aunque supuestamente todas tienen más de 600 años) tienen ideas y comportamientos muy diferentes. Una de ellas se torna en la villana principal y con la ayuda de un dragón pelea contra los héroes y destruye la mayoría de los edificios de Philadelphia. Los héroes son llamados por los titulares de la prensa como “el fiasco de la ciudad”, y realmente tienen razón, ya que ninguno de ellos se preocupa por los habitantes que viven en los edificios destruidos, ni por los grandes escombros que caen a las calles. Los poderes de las villanas no quedan claros, ya que al principio de la película usan un poder que realmente sería de gran ayuda para derrotar fácilmente a los héroes.

En los avances de la película se mostró a Gal Gadot, interpretando a La Mujer Maravilla, en lo que habría sido su última aparición en esta serie de películas que forman parte del universo cinematográfico de DC. Taylor Cahill fue quien hizo de su doble para una escena donde la princesa amazona aparecía de espaldas y allí surgió la duda entre los fanáticos si realmente actuó Gadot o simplemente usaron el efecto deepfake y remplazaron su cara digitalmente. El director de la película, David F. Sandberg, quien también se encargó de la primera película, confirmó que Gadot filmó sus escenas en Inglaterra y él la dirigió de manera remota. Además de estas escenas, hay dos más que se ven después de los créditos finales.

En resumen, la película no es tan buena como la primera, a pesar de contar con grandes actores y de haber tenido un presupuesto de 120 millones de dólares. Esta secuela se hace muy larga y hay un exceso de acción con monstruos, dragones, y hasta unicornios, todos corriendo y causando caos en una ciudad que está encerrada dentro de un domo por razones, hasta ahora, desconocidas e incomprensibles.

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