Chap-En la mañana, partimos temprano del Hotel Celta de Guadalajara, y luego de haber recorrido 48 quilómetros hacia el Sur, acompañados por Gelvert y Fabiola de la Secretaría de Turismo, descubrimos el encantador panorama de Chapala. Cercado por un cordón interminable de montañas de un verde intenso, divisamos el gigantesco Lago de Chapala, el más grande de la República, que le da el nombre a la población.  En el lago se encuentran dos grandes islas: la Isla de Mezcala y la Isla de los Alacranes, que son muy visitadas por la gran cantidad de viajeros que llegan a Chapala.

Antes de llegar al lago, se ve el cerrito de San Miguel con una cruz en su cima, y debajo aparece la  población de Chapala, en donde sobresalen las blancas torres de su antigua Parroquia.

Ingresamos a Chapala por una doble avenida sobre la cual se encuentra el Palacio Municipal, que antiguamente era un famoso hotel, donde como lo dice una plaqueta a la entrada: “Aquí pasó su primera noche de bodas María Félix”.  Allí nos estaba esperando Eva Rosario Litzo de la Delegación de Turismo de Chapala, una experta conocedora de la región, y gracias a su amabilidad pudimos recorrer los puntos de interés del lugar: la Parroquia de San Francisco de Asís, que data del siglo XVIII, el malecón y muelle, casas de artesanías, la Casa Braniff, construida en 1906, de estilo victoriano, donde actualmente funciona un restorán y la Fuente de los Pescadores, ubicada junto al malecón que simboliza la primera actividad de los habitantes de Chapala.

Luego fuimos recibidos en la Delegación de Turismo- con la amabilidad que caracteriza a los jaliscienses-  por el  Licenciado Hugo Pegueros Oseguera y por su equipo de funcionarios.

En la recorrida rumbo a la vecina población de Ajijic pudimos apreciar el fraccionamiento Vista del Lago, donde se encuentran suntuosas y elegantes residencias de veraneo, de estilo mediterráneo, con sus cúpulas blancas y celestes, brillantes losas y cerámicas, exuberante vegetación, y las flores con los colores más variados que la naturaleza brinda, todo con una vista excepcional al gigantesco lago. Conocimos, además, Chula Vista, un exclusivo club de golf – solo para cien socios –  y el moderno fraccionamiento La Floresta, donde viven muchos canadienses.

Aventura Americana

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