Durante el siglo XVI se desarrolló una estructura portuaria en esta isla frente al Golfo de México y el Puerto de Veracruz. La construcción de una larga muralla de 32 argollas de bronce tenía como finalidad resguardar de los vientos a la real flota de galeones. La seguridad defensiva que imponía el muro flanqueado por dos baluartes en San Juan De Ulúa dio confianza para trasladar la Antigua Veracruz a la banda de tierra firme frente a la isla, convirtiéndose la Nueva Veracruz en la gran puerta de llegada y salida del comercio con la península ibérica, y en terminal de los más importantes caminos comerciales del oro y la plata. Dos grandes asaltos realizados por los corsarios ingleses John Hawkins, Francis Drake y el pirata Laurenz de Graff determinaron la construcción de una fortaleza en la isla de San Juan de Ulúa.
Estuvimos también junto a la estatua que pertenece al capitán de fragata Pedro Sainz de Baranda y Borreiro, marino mexicano que venció a la Armada Española en un duro combate frente al propio fuerte, para que este no fuera reabastecido. Finalmente, se rindieron el 23 de noviembre de 1825 y por ello se le considera como el primer marino naval mexicano. Actualmente, San Juan de Ulúa se ha convertido en un Museo, con excepción de uno de los baluartes, que esta ocupado por la Armada Mexicana.