Por Jorge Ottati 

Son realmente varias las interrogantes que un periodista deportivo puede hacerse luego de un partido de fútbol de las Eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo de Catar 2022. Luego de lo ocurrido anoche, en el Estadio Centenario de la ciudad de Montevideo, estas son solo algunas de las preguntas:

  1. ¿Es posible que el director técnico de la selección que más Copas América ha ganado en la historia se mantenga en su cargo luego de tres ediciones consecutivas (2015, 2016 y 2019) en las cuales no llega a estar ni siquiera en la etapa de semifinales?
  2. ¿Tiene sentido que ese mismo entrenador solamente convoque a jugadores que hayan participado de los procesos de selecciones juveniles que él coordina y excluya a aquellos que no lo hicieron, a pesar de estar ellos teniendo un excelente presente futbolístico?
  3. ¿Cómo es posible que una persona que tiene título oficial de maestro carezca de paciencia, que es una de las cualidades más importantes que caracteriza a las personas que se desempeñan en la educación?
  4. ¿Cómo se comprende que el técnico que siempre es elogiado por la prensa internacional debido a los extensos e informativos discursos que realiza en las conferencias de prensa de los torneos internacionales, sea el mismo que trata de mala forma a los periodistas de su país y utiliza frases tales como “no voy a hablar de los jugadores que no están, nunca hago análisis individuales de mis futbolistas, no le voy a contestar porque es la primera vez que lo veo aquí en el Complejo Celeste”?
  5. ¿Por qué quitó de su puesto al entrenador de la Selección Uruguaya que iba a dirigir en los Juegos Olímpicos del 2012 en Londres, viajó él en busca de la medalla dorada en condición de favorito, y a pesar de contar con Cavani, Suárez y Arévalo Ríos como refuerzos, no logró ni siquiera superar la fase de grupos?
  6. ¿Por qué se cuestiona siempre a los entrenadores de los equipos grandes de Uruguay (Peñarol y Nacional) cuando juegan mal y no obtienen títulos, pero no se juzga con la misma vara al D.T. de la Selección?
  7. ¿No han sido suficientes 15 años en el cargo para mejorar la proyección por las bandas, el trato de la pelota, la generación de juego en el mediocampo y la manera de hacerle llegar el balón a dos delanteros sensacionales como Luis Suárez y Edinson Cavani, a quienes los ha perjudicado el sistema que el entrenador emplea?
  8. ¿Por qué insiste el técnico en utilizar a jugadores que no tienen regularidad en sus clubes, en colocar a futbolistas fuera de sus posiciones habituales, y en mantener en su puesto a deportistas que, física y futbolísticamente, ya dejaron de ser lo que eran en el mejor momento de sus carreras?
  9. ¿Es el título ganado en el 2011, el único en este largo proceso, más importante que los conseguidos por Omar Borrás (1983), Roberto Fleitas (1987) y Héctor Núñez (1995), técnicos que también ganaron una Copa América y en procesos mucho más cortos?
  10. ¿Haber ordenado el proceso de selecciones nacionales, recuperado el prestigio internacional y logrado que el pueblo se identificara con el grupo de jugadores implica seguir atado durante una década y media a un entrenador que posee un estilo que ya no produce resultados positivos ni entusiasma con su propuesta futbolística?
  11. ¿Por qué cuesta reconocer que, al igual que en cualquier ámbito de la vida, todos los ciclos tienen un comienzo y un final, y el del maestro Óscar Washington Tabárez se extendió muchísimo más de la cuenta, cuando lo más sensato hubiera sido culminarlo en el Mundial del 2014, al cabo de ocho años?
  12.  ¿Es tan difícil para las autoridades del fútbol uruguayo tomar la decisión de cambiar de entrenador y poder contemplar una propuesta de juego que le permita a la Selección jugar de otra manera, muy distinta a la actual, para poder volver a competir por títulos internacionales como lo exige la historia de una de las potencias del fútbol mundial?