El objetivo del fútbol es marcar goles en el arco contrario, aunque uno anotado en la década del 90 todavía sigue generando polémica y división entre los aficionados de un popular club en Uruguay.
El Campeonato Uruguayo de 1997 se disputó con un sistema de dos torneos cortos, llamados Apertura y Clausura. A diferencia de otros países, que también emplean este formato, en Uruguay solo existe un campeón por temporada. Lo curioso del Campeonato Uruguayo es que también se tiene en cuenta a la famosa Tabla Anual, en la cual se suman todos los puntos obtenidos a lo largo de la disputa de los dos torneos cortos.
Peñarol había ganado los últimos 4 Campeonatos Uruguayos, y los aficionados del club aurinegro solo pensaban en la conquista del quinto título en forma consecutiva, algo que en Uruguay es conocido como “Quinquenio” y que solamente se había conseguido en dos oportunidades en toda la historia: Nacional de 1939 a 1943 y Peñarol de 1958 a 1962.
Ese año 1997 no comenzó bien para Peñarol, que culminó en el tercer lugar del Torneo Apertura, ganado por Nacional. Esto obligaba a los carboneros a tener que esforzarse en el Clausura para poder luchar por el título. Pero a falta de 5 fechas para el final del torneo, Peñarol estaba obligado a ganar todos sus encuentros y, además, dependía de otros resultados.
Empujado por su rica historia, Peñarol sumó un triunfo tras otro, incluido el clásico ante Nacional, alentado por una hinchada que gritaba “¡¡¡Quinquenio… quinquenio!!!”. Pero el equipo dependía de su eterno rival, Nacional, que en el último partido del torneo enfrentaba a Defensor Sporting, campeón del Clausura.
Si bien Nacional era el vencedor del Torneo Apertura y Defensor Sporting era el ganador del Torneo Clausura, Peñarol todavía podría ser el campeón de la Tabla Anual y seguir con posibilidades de título… si Nacional, el rival de todas las horas, derrotaba a Defensor Sporting.
La semana previa a ese partido tuvo muchísimas especulaciones. Los directivos de Nacional hablaban del honor de sus jugadores, del deseo de siempre salir a ganar los partidos, pero la presión de los fanáticos era inmensa y ninguno de ellos quería que Peñarol siguiera con chance de Quinquenio.
El director técnico del equipo, Roberto Fleitas, anunció que utilizaría suplentes para darle descanso a los titulares antes de las Finales del Campeonato Uruguayo. Pero entre esos suplentes se encontraba uno de los mayores ídolos de Nacional de los últimos años, conocido por todos como “JR”: Juan Ramón Carrasco.
Las palabras de Carrasco describen el clima que se vivía antes del partido contra Defensor Sporting: “Varios muchachos mostraron su voluntad de jugar, pero hubo dos o tres que dijeron que estaban dispuestos a no hacerlo. Y ahí dije que si jugaba lo hacía para ganar y aclaré: el que entre, debe entrar con todo, de lo contrario tiene lío conmigo… esto es clarito. El referente era yo. Estaba dispuesto a que me criticaran por ir para adelante, jamás por ir para atrás. Por eso, mirándole la cara a todos repetí: el que no va a dar todo será mejor que no juegue. Fue lo que pasó. Después de tantos años de trayectoria era la primera vez que veía que un compañero estaba dispuesto a no ganar”.
Y llegó el día del partido. Nacional empataba sin goles contra Defensor Sporting. Peñarol estaba quedando eliminado de la lucha por el título. Pero cerca del final del partido, un futbolista de Nacional, con el balón en sus pies, quedó mano a mano contra el guardameta rival y convirtió el gol de la victoria, el que seguía dejando con vida a Peñarol. ¿Quién fue el autor del gol? Juan Ramón Carrasco, el mismo jugador que cumplió con su deber como profesional, de anotar sin importar las consecuencias o las presiones internas (directiva y entrenador) y externas (aficionados).
Peñarol celebró el gol marcado por Carrasco, ya que esa conquista le permitió ganar la Tabla Anual, con 44 puntos, y le dio la oportunidad de jugar un partido semifinal ante… Nacional.
Peñarol ganó el clásico por 3 a 2 y luego, en las Finales del Campeonato Uruguayo, venció a Defensor Sporting en dos partidos (1-0 y 3-0) para conquistar el ansiado Quinquenio, en un equipo que era liderado por Pablo Bengoechea y dirigido por Gregorio Pérez.
¿Le dio Carrasco el título a Peñarol? No. Lo que ese famoso gol le permitió a Peñarol fue disputar un partido extra contra Nacional, que el club tricolor no pudo ganar. Hasta el día de hoy, un sector muy importante de la parcialidad de Nacional culpa a Carrasco por aquel gol de 1997, cuando “JR” cumplió con su obligación como jugador e hizo lo mismo que realizó desde el primer día que se colocó los zapatos de fútbol e ingresó a una cancha: jugar para ganar.