Historias

– Lo que en un principio comenzó siendo una rivalidad de puertos en el aspecto económico, comercial y político entre Buenos Aires y Montevideo (debido a su estratégica posición geográfica), con el paso de los años se convirtió en una rivalidad que se trasladó a otras parcelas y se terminó reflejando en los campos de fútbol.

fernando-ottati-messi-forlanDurante los años finales del siglo XIX se pudo constatar la presencia de británicos que tenían pasión por los deportes, en especial por el fútbol. Tan grande era la devoción que profesaban al balompié que todos los domingos se reunían en Punta de las Carretas para practicar lo que la gente denominaba ‘el juego de los ingleses locos’. Según dicen las crónicas históricas, el 15 de agosto de 1889 coincidiendo con el festejo del cumpleaños 70 de la Reina Victoria, en el New Ground de la Blanqueada se disputó el primer partido internacional en Uruguay. Allí, se enfrentaron los equipos de Montevideo y Buenos Aires Cricket Club. El resultado fue de 3 a 0, favorable a los argentinos.

Al comenzar el siglo XX, el fútbol dejó de ser un juego de entretenimiento exclusivo para los ingleses del Rio de a Plata y se convirtió en una verdadera pasión para todos los jóvenes criollos. El 30 de marzo de 1900 se fundó la Asociación Uruguaya de Fútbol y en ese año se realizó el primer campeonato uruguayo que reunió a cuatro equipos: Central Uruguay Railway Cricket Club (luego Ilamado Peñarol), que terminó como campeón invicto, Albion, Uruguay Athletic y Deutscher.

Por aquella época, en todos los campitos de la ciudad ya se jugaba al fútbol. A partir de ese año se promovieron los primeros partidos de clubes de las dos orillas y luego, como consecuencia lógica, llegaron los de selecciones nacionales.

PRIMEROS ENFRENTAMIENTOS

Los primeros partidos entre uruguayos y argentinos (el clásico de selecciones más antiguo del mundo con 198 enfrentamientos) tuvieron lugar bajo la Copa Competencia. El primero de ellos se realizó el 15 de mayo de 1901 en cancha de Albion (en el barrio del Prado de Montevideo) y tuvo carácter amistoso. Se vieron las caras un combinado integrado por jugadores de Albion y Nacional que lucieron como uniforme una camiseta roja y azul por mitades, frente a un conjunto visitante compuesto por futbolistas de los mejores clubes argentinos. El choque, según las crónicas de Ia época, en su segunda mitad fue una lucha furiosa como si fuera una gran final. El compromiso finalizó con un 3 a 2 favorable a los argentinos.

El 20 de julio de 1902, en el mismo escenario del Prado y ante ocho mil aficionados, Argentina se impuso por 6 a 0 a un equipo uruguayo formado por ocho jugadores de Nacional y tres de Albion, en el que destacó el hecho de que no se contase con la presencia de ningún futbolista del CURCC (Peñarol). Como dato anecdótico se podría mencionar que Uruguay jugó con camiseta azul con una banda diagonal blanca y la bandera uruguaya como escudo. Por su parte, los argentinos lo hicieron con una de color celeste.

Para todos los historiadores, este duelo quedó reflejado como punto de partida de los clásicos rioplatenses. Un periódico de la época mencionó que: “el resultado fue un desastre pero, mirada esta fiesta del lado social, todos podemos congratularnos de que fue un verdadero éxito”.

El 13 de setiembre de 1903 se disputó el tercer encuentro en el campo de la Sociedad Hípica, en Palermo (Buenos Aires). En esta ocasión. el seleccionado uruguayo estuvo formado en exclusivo por jugadores de Nacional debido a discrepancias con los de Peñarol. Estas primeras controversias originaron el “nacimiento” de una de las rivalidades más enconadas que en la actualidad continúan existiendo entre los dos grandes equipos del fútbol charrúa. Uruguay ganó el partido par 3 a 2 y estrenó su casillero de triunfos internacionales ante los argentinos gracias a los goles de los hermanos Bolívar y Carlos Céspedes.

El primer trofeo disputado entre selecciones de Uruguay y Argentina fue en Ia Copa Lipton, donada por el magnate del té, Thomas Lipton. La misma tuvo lugar el 15 de agosto de 1905 en Buenos Aires y sus noventa minutos reglamentarios terminaron con empate a cero en el marcador. La prórroga, de quince minutos, terminó sin que se moviese el marcador, por Io que se decretó que no habría vencedor en dicho choque. La nota destacada fue que por primera vez jugaron futbolistas de Peñarol en la selección uruguaya.

Al año siguiente, el deportista argentino Nicanor Newton decidió seguir el ejemplo de Lipton y ofreció una Copa para que se disputara entre ambos representativos. A partir de 1906, el escenario donde juegan los vecinos rioplatenses pasó a ser el Parque Central de Montevideo, un recinto con capacidad para quince mil personas. Más tarde, el estadio pasó a ser la sede de los partidos de la Copa América de 1923, 1924 y algunos encuentros del primer Campeonato del Mundo de 1930.

NACE LA CAMISETA CELESTE

En 1910 Argentina celebró con gran entusiasmo el Centenario de la Revolución de Mayo con un evento internacional. Participaron como invitados Uruguay y Chile y el título fue para el anfitrión. Tres meses más tarde, un 15 de agosto de 1910 y en el Estadio Belvedere, uruguayos y argentinos medirían sus fuerzas en un nuevo clásico perteneciente a la Copa Lipton. La Liga Argentina de Fútbol había comunicado justo antes a la disputa del enfrentamiento a su similar uruguaya, que en el encuentro jugarían luciendo los nuevos colores albicelestes que habían adoptado para la selección.

Esa fecha tendría un fuerte carácter simbólico, ya que los charrúas, que lucieron por primera vez la camiseta celeste, vencieron a su tradicional adversario por 3-1 con una excelente producción de su quinteto ofensivo integrado por Módena, Dacal, Piendibene. Scarone y Zibechi.

A nivel internacional, Uruguay comenzaría a brillar en el plano futbolístico. Conquistó las Medallas de Oro en los Juegos Olímpicos de 1924 (París) y 1928 (Holanda) deslumbrando a Europa. No solo se ganaron la admiración y el respeto de los aficionados del mundo, sino que además, colocaron al fútbol sudamericano en el mapa internacional.

En 1930, la entidad rectora del fútbol mundial FIFA decidió organizar el primer mundial de fútbol. Debido a los éxitos olímpicos se eligió Uruguay y el Estadio Centenario construido para esa ocasión albergó la final que fue ganada por Uruguay al vencer a Argentina 4 a 2. Los celestes ganarían 20 años más tarde su segundo título, en 1950 en el Estadio de Maracaná al vencer al local Brasil por 2 a 1.

Por su parte los vecinos albicelestes obtendrían su primer lauro mundial en 1978 en el torneo realizado en Buenos Aires, Argentina y también sumarían su segundo título en ocasión de celebrarse el Mundial en México 1986 cuando Argentina venció por 3 a 2 a Alemania en el Estadio Azteca.

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