Por el Profesor Jorge Ottati

Petr-Cech– A lo largo de mi extensa carrera periodística he tenido la oportunidad de ver a grandes arqueros que hacían gala de todos sus recursos para enfrentarse a los delanteros más temibles. Puedo recordar algunos que me impresionaron, como los alemanes Sepp Maier (participó en 3 Mundiales y fue campeón del mundo en 1974) y Oliver Kahn (disputó 4 Mundiales y el el 2002 fue subcampeón), el inglés Gordon Banks (campeón del mundo en 1966), el uruguayo Ladislao Mazurkiewicz (que en el arco celeste disputó tres mundiales: 1966, 70 y 74), el argentino Ubaldo Matildo Fillol, uno de los mejores arqueros para salir a cortar los pases profundos que le llegaban a los delanteros (jugó tres mundiales y fue campeón en 1978), su compatriota Rogelio Domínguez del Real Madrid (jugó el Mundial de 1962), el inmenso paraguayo José Luis Chilavert quien infundía temor a sus rivales (jugó los mundiales de 1998 y 2002), el brasileño Claudio Taffarel (participó en 3 mundiales y fue campeón en 1994) o el extravagante René Higuita, que salía a jugar fuera de su territorio y ponía a temblar a sus compatriotas colombianos, famoso por su escorpión y que disputó los Mundiales de 1990, 94 y 98.

Es indudable que los arqueros son tan necesarios como determinantes en el armado de cualquier equipo y cargan sobre sus espaldas una gran responsabilidad, ya que un goleador se puede perder varios goles en un partido y pocos lo notan, sin embargo, si el arquero comete un error queda expuesto ante todos y mucho más si su equipo con ese error pierde el encuentro. El gol es la esencia del fútbol en todo el mundo; sin embargo, los guardametas están para impedirlos con sus manos y muchas veces lo logran.

Los entrenadores de arqueros deben trabajar en base a la potencia, coordinación, flexibilidad, agilidad y velocidad de reacción, elementos claves para ser un gran arquero. Pero tampoco se puede descuidar la confianza en sí mismo, la concentración, la fortaleza mental para soportar las críticas y capacidad de recuperación para poder levantarse una y otra vez.

¿Cuántas veces hemos escuchado hablar de la ingratitud de ser arquero? Pero más difícil de sobrellevar aún es la situación del arquero suplente, que debe entrenar como todos y que, salvo situaciones excepcionales, nunca ingresa al campo de juego.

La gran mayoría de los niños cuando eligen un ídolo, por lo general, es a un delantero, ya que siempre deslumbran aquellos jugadores que rompen redes y que provocan el delirio de los fanáticos. Sin embargo, existen aquellos que luego de haber probado suerte como delanteros encuentran en el arco una satisfación especial o aquellos que eligen la posición por el desafío que esta representa. Pero en realidad no son muchos y los grandes arqueros en la actualidad son elementos muy buscados y requeridos, ya que la pelota cada vez tiene mayor vivacidad, se juega cada vez más rápido y el defender se ha convertido en un arte, ya que muchos entrenadores en lo primero que piensan es en no perder.

El arquero cuenta con un entrenador propio y aunque muchas veces se ha desvalorizado su puesto, los guardametas son quienes tienen la mayor visibilidad dentro del campo de juego, ya que desde su ubicación tienen una excelente perspectiva del terreno y la mayoría de ellos, al retirarse, se han convertido en grandes entrenadores de fútbol.

Como muchos arqueros lo han manifestado, para convertirse en un gran arquero hay que exponerse mucho y recibir muchos goles, algunos de ellos increíbles, pero todo deja una enseñanza. Hay que prevenir las desinteligencias y tener muy buena comunicación con los defensas y, en algunas ocasiones, desconfiar de ellos para estar atentos y poder enmendar los posibles errores.

Para juzgar el mejor arquero en la actualidad hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:  actuación bajo los postes, juego aéreo, reflejos, entrega del balón, agilidad, potencia física, don de mando, control emocional y algo muy fundamental en todos los arqueros, que es el saber jugar con los pies.

En la actualidad no veo un arquero completo que se destaque sobre los demás por su regularidad y consistencia para ser catalogado como el mejor de todos, pero estos son mis elegidos:
– Petr Cech (República Checa)
– Manuel Neuer (Alemania)
– Iker Casillas  (España)
– Maarten Stekelenburg (Holanda)
– Fernando Muslera (Uruguay)
– Gianluigi Buffon (Italia)
– Víctor Valdés (España)
– Wojciech Szczesny (Polonia)

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