El máximo evento de WWE batió todos los récords de público en la historia del Estadio Sun Life de Miami. Fueron 78.363 personas las que estuvieron presentes en WrestleMania XXVIII y millones las que siguieron el espectáculo a través de la televisión. La fiesta anual de la lucha libre americana generó casi 9 millones de dólares de ingresos, para convertirse en el evento más exitoso en la historia de WWE.

Desde muy temprano comenzaron a llegar los fanáticos al Estadio de los Dolphins y lo hacían con las camisetas oficiales de The Rock y John Cena, los protagonistas principales de WrestleMania. La conferencia de prensa comenzó con el campeón intercontinental Sheamus, quien fue interrumpido por Mike Tyson, para el asombro de los presentes, aunque luego ambos se dieron la mano y el ex campeón de los pesados le deseó suerte al guerrero irlandés. Chris Jericho manifestó su intención de realizar una pelea memorable contra CM Punk y reconoció estar disfrutando al máximo esta vuelta a WWE. Luego apareció el líder de Cenation, John Cena, quien volvió a remarcar que esta sería la pelea que lo definiría por el resto de su vida, por ser la más importante en su carrera. La presentadora de televisión Maria Menounos dijo que había estado entrenando mucho para su combate en dupla con Kelly Kelly, a pesar de sus lesiones en las costillas y su participación en Dancing with the Stars. Solo faltaba Dwayne Johnson, y The Rock dijo presente, con su habitual sentido del humor y el carisma que lo caracteriza. El actor declaró que estaba muy tranquilo en esas horas previas al combate contra Cena y que esperaba realizar una gran pelea para coronar un año de expectativas sin igual en la historia de WWE.

WrestleMania XXVIII comenzó a las 7 de la tarde, en una jornada soleada en el sur de la Florida. Solo hay una palabra para describir lo que presenciamos en el Estadio Sun Life: ESPECTACULAR. La máxima fiesta de WWE no tiene nada que envidiarle a los partidos de la NBA, la final de una Copa del Mundo o un concierto de Madonna. Lo que vivimos ese día domingo lo supera absolutamente todo. La atención a la prensa fue sensacional; Adam Hopkins se encargó de que cada uno de nosotros estuviéramos junto a las superestrellas en la conferencia de prensa, que tuviéramos nuestra credencial y nuestro asiento numerado en el palco especial designado para los periodistas, con pantallas en HD, conexión a internet, con aperitivos, cena, postres y bebidas durante todo el evento y una ubicación central, con visualización perfecta del escenario y el cuadrilátero. Los organizadores no dejaron escapar ningún detalle para garantizar el éxito del evento y lo lograron con creces. Fueron 4 horas en vivo que se disfrutaron de principio a fin, con el estilo inconfundible de los grandes genios del espectáculo en los Estados Unidos.

Sheamus sorprendió a Daniel Bryan y en solo 18 segundos se quedó con la victoria, con una patada voladora que está convirtiéndose en marca registrada de este favorito de la comunidad irlandesa en los Estados Unidos.

El combate de CM Punk contra Jericho fue uno de los mejores técnicamente. Ambos luchadores efectuaron movimientos para neutralizar al oponente y, al mejor estilo de los combates de la UFC, utilizaron llaves a nivel del suelo en muchos momentos de la pelea. CM Punk fue el vencedor y retuvo su cinto de campeón de la WWE.

Muchos lo llamaron “El final de una era” y tuvieron razón. El ingreso de The Undertaker, con su peculiar música, entre el humo y las luces de neón, puso de pie a los fanáticos, que sabían que el combate contra Triple H sería uno que entraría en la historia, más todavía por la presencia de Shawn Michaels como árbitro de la pelea. Esta lucha fue épica; dos colosos del cuadrilátero frente a frente, dentro de una celda, exigiéndose al máximo, hasta quedar rendidos luego de levantarse y golpearse una y otra vez con sus brazos, piernas, sillas y hasta martillos. El rostro de Michaels en el primer plano de la pantalla gigante lo decía todo: no podía creer el combate que estaba presenciando, con dos veteranos que demostraron su repertorio completo. Alguien tenía que resultar vencedor y ese fue The Undertaker, que sigue invicto luego de 20 combates en WrestleMania. El abrazo de los tres luchadores al término del combate quedará como postal de una era que marcó a fuego a los fanáticos de WWE.

Y finalmente, luego de un año de preparación, era el momento de observar el combate principal. “Una vez en la vida” decían los afiches promocionales de WWE. Con la música de Machine Gun Kelly, que interpretó en vivo su éxito “Invincible”, John Cena subió al cuadrilátero e inmediatamente desató las reacciones del público en Miami, que manifestó en todo momento su apoyo a The Rock. Más tarde fue el turno del rapero Flo Rida, quien hizo bailar a todos con sus canciones “Good Feeling” y “Wild Ones”, que sirvieron para darle paso a The Rock, bajo una ovación impresionante del público. En ese momento, cuando el árbitro estaba a punto de dar inicio al combate, la emoción en el Estadio era similar a la que se vivía con los combates de Mike Tyson en los años 80 o los partidos de Michael Jordan en los 90. Atrás habían quedado los desafíos, las provocaciones, los insultos; la maquinaria publicitaria de la WWE se había ocupado durante todo un año de generar interés en un combate de lucha libre americana entre la estrella actual y un ídolo del pasado que se convirtió en figura de Hollywood. Sean “P Diddy” Combs estaba en primera fila, al igual que Alex Rodríguez y muchas personalidades del espectáculo que viajaron especialmente a Miami para un combate sin igual.

Durante más de media hora, The Rock y John Cena deleitaron a los presentes con sus golpes patentados. Uno de los momentos memorables de la pelea ocurrió cuando Cena tenía dominado a The Rock en el suelo y este pareció desmayarse. El árbitro levantó su brazo derecho, el cual cayó al suelo. La segunda vez volvió a pasar lo mismo, pero en la tercera, cuando el brazo estaba a punto de caer, The Rock lo levantó con el puño derecho cerrado, para el delirio de los fanáticos que explotaron de júbilo al ver que su héroe seguía luchando y no se daba por vencido. Cena volvío a tomar el control de la pelea y cuando se disponía a terminar con la misma The Rock lo sorprendió, lo envió al suelo y se quedó con el triunfo. La música y los fuegos artificiales iluminaron el cielo de Miami, mientras The Rock se subía a cada una de las cuatro esquinas y levantaba en lo más alto su puño derecho, en señal de victoria.

Al día siguiente, en el AmericanAirlines Arena, la fiesta continuó con WWE Raw, donde más de 13 mil espectadores asistieron al Estadio de Miami Heat. The Rock fue el primero en aparecer sobre el escenario para agradecer a los fanáticos por su apoyo y anunciar que su próximo objetivo es recuperar el cetro de campeón. Cerca del final del espectáculo, John Cena tomó el micrófono para reconocer que The Rock fue un justo ganador y mientras esperaba que Johnson volviera al cuadrilátero para estrecharle la mano, se vio sorprendido por la aparición de Brock Lesnar, el ex campeón de la UFC que realizó su regreso a WWE. Cena estiró su mano con la intención de saludar, pero Lesnar lo colocó sobre sus hombros y lo lanzó con violencia al suelo, para dejar muy en claro que no quiere ser amigo de nadie y mucho menos de Cena. Ese final de WWE Raw impactó a los fanáticos y dejó latente la posibilidad que Cena y Lesnar sean los rivales en la próxima edición de WrestleMania, en New York.

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