Por Alberto Duque López
Ha sido una experiencia curiosa, nueva, extraña, en la que el recelo, la paranoia y otros elementos se hicieron presentes durante las dos horas largas que duró el pase para la prensa colombiana del primer gran estreno de este verano en Estados Unidos y el mundo: “Iron Man 2”; un martes a las 8:00 de la mañana, 72 horas antes del lanzamiento masivo y monstruoso que, según los fanáticos de los cómics es el más esperado del año.
No permitieron el ingreso de bolsos, carteras, maletines y accesorios dentro de los cuales cupieran cámaras de video que pudieran grabar la película. Dos funcionarios judiciales, serios y despiertos, se encargaron de hacerlo cumplir. Luego, dentro de la pequeña sala los agentes se apostaron en dos extremos para vigilar cualquier gesto o movimiento sospechoso.
Se entiende ese recelo ante el auge del mercado ilegal de películas en DVD que llega a Colombia y Latinoamérica desde distintos puntos del planeta. Para completar las medidas que buscan disuadir o frenar ese comercio, la película se exhibió de una manera curiosa: los rollos impares estaban en inglés con subtítulos y los pares, doblados al castellano, como si estuviéramos en cualquier cine de España. A los periodistas el buen humor les alcanzó para aceptar esta experiencia curiosa, manejada con cortesía por los funcionarios de UIP y Paramount. Entendemos que el mismo ritual se ha cumplido en otros países.
Pocos personajes tan populares como Iron Man están llamados a impactar. El director Jon Favreau y el actor Robert Downey Jr., a quien algunas comentaristas encuentran cínico, encantador, rebelde, libre y fresco vuelven a encontrarse para contar cómo, después de revelar su secreta identidad, el industrial multimillonario Tony Stark intenta convencer a todos de los beneficios de su armadura, relanzando Stark Expo que dura un año, creada por su fallecido padre para las innovaciones humanitarias inspiradas por su tecnología. Favreau interpreta al leal guardaespaldas y consejero del héroe.
Mientras el gobierno de Estados Unidos insiste en que Stark entregue su arma revolucionaria a los militares, Ivan Vanko (Mickey Rourke), una figura misteriosa del pasado de la familia Stark, tiene la intención de destruir a Tony, revelando su propia arma fulminante basada en la tecnología de Stark. Abrumado en todos los frentes, mientras además se enfrenta a sus propios demonios personales, Tony debe finalmente llamar a sus aliados –viejos y nuevos– para que lo ayuden a enfrentarse las fuerzas que amenazan destruirlo a él y la humanidad.
Como toda película grande del verano, esta cuenta con un reparto de héroes y villanos interpretados por Gwyneth Paltrow (fría y antipática como un témpano, repitiendo su papel de Virginia Potts, la asistente y ahora directora del conglomerado), Don Cheadle (obsesionado con defender a los militares y el gobierno, con su personaje del teniente coronel Rodley, ahora ya no tan buen amigo de Iron Man), Scarlett Johansson (con el pelo oscuro, muy delgada y jugando a la niña mala y eficiente, interpreta dos personajes opuestos), Sam Rockwell (jactancioso, ambicioso y desagradable, como Justin Hammer, fabricante de armas que busca suceder a Iron Man como líder de ese mercado), Mickey Rourke (repite con sus gestos el personaje de “El Luchador”) y Samuel L. Jackson (con ese parche que lo hace misterioso, repitiendo su personaje de Nick Fury).
Como todo cuando tocan y producen el creador Stan Lee y el conglomerado Marvel, esta segunda película de Iron Man está llamada a convertirse en una de las más taquilleras del año, aunque no una de las mejores, porque es tediosa, llena de diálogos interminables, reuniones, foros, grandes escenarios atiborrados de objetos y personas y decorados y pantallas y cortinas y autos y con solo dos escenas de acción espectaculares, una de ellas en las estrechas calles de Mónaco donde Rourke hace de las suyas con su látigo, partiendo en dos los autos de carrera que son pulverizados como mecanos.
Los fanáticos recuerdan emocionados cómo el héroe tuvo su primera aparición en la revista Tales of Suspense en abril de 1963, y cómo el 2 de mayo de 2008 recaudó $98.6 millones de dólares en su fin de semana de estreno para finalmente recoger más de $572 millones en la taquilla mundial. Dicen que fanáticos y críticos de cine quedaron fascinados y la película recibió premios y galardones, incluyendo dos nominaciones al Oscar manteniendo a Iron Man como parte de la cultura popular. Teniendo en cuenta que esta secuela es absolutamente inferior, muchos se preguntan si la taquilla le será tan generosa. Conociendo el mal gusto de los espectadores norteamericanos, que nadie lo dude.
Stan Lee, siempre discreto y racional explica el origen de su héroe: “Lo que me impulsó a crear un personaje como Iron Man fue que quise ver algo diferente al superhéroe típico. El personaje de Stark es sofisticado, exitoso y viril, pero sin embargo, tiene aspectos muy vulnerables en su personalidad. Cuando comenzamos a escribir y publicar sus cómics, recibimos más cartas de admiradoras que con ninguna otra tira cómica que habíamos creado. Pienso que las mujeres que las leyeron sintieron lo mismo que las que vieron y verán a Robert Downey Jr. en las dos cintas. Les gustó la vulnerabilidad que él dio al rol.”
Quizás unas frases del protagonista ilustren mejor esta sensación de frustración y desencanto que nos dejó: “El filme deja la sensación de que tomamos el tema en serio, pero que no nos tomamos a nosotros mismos muy en serio. Siempre supe que era importante mostrar el aspecto estoico y fogoso de Tony Stark, pero también darle sentido del humor”. Puede ser.
En medio de una película que tiene tantos momentos tediosos, hay que insistir en el atractivo salvaje e inusual del personaje de Ivan Vanko, con ese Rourke que goza utilizando sus látigos mortales para destruirlo todo y especialmente (uno de los recursos más emocionantes) partir en pedazos esos autos que compiten en Mónaco. Como el cine es como es, seguramente la película gustará a muchos y estas líneas pesimistas quedarán como palabras al viento.
Y una anotación final, sobre Marvel, símbolo inequívoco del entretenimiento en el mundo con su biblioteca de más de 5,000 personajes distribuidos en películas, DVDs y videos, juegos, figuras de acción y juguetes, programas de televisión y promociones. Basados en el éxito creativo de más de 60 años de publicar revistas de tiras cómicas, Marvel ha transformado exitosamente los personajes de las revistas de tiras cómicas en taquilleras franquicias cinematográficas. Desde diciembre de 2009 pertenece a Disney. Sus franquicias como Iron Man, El Hombre-Araña, X-Men, Los 4 Fantásticos y Ghost Rider han recaudado más de $6.1 billones, y actualmente Marvel filma Thor, dirigida por Kenneth Branagh y Captain America: The First Avenger, de Joe Johnston.
Entre sus proyectos futuros se encuentran The Avengers, Iron Man 3, Deadpool y Ant-Man.