Por el Prof. Jorge Ottati

El arquero es una pieza más dentro del funcionamiento un equipo de fútbol, pero con algunas diferencias por el puesto que ocupa y por ser el único al cual se le permite jugar con las manos.

En la actualidad, un buen guardameta debe saber jugar al mismo nivel tanto con las manos como con los pies, para muchas veces convertirse en el receptor del balón e iniciar el juego con un pase profundo que salte líneas y cree una situación de gol para su equipo. Esto es lo ideal, pero no todos cumplen con este requisito y allí es donde aparece el error que cuesta goles en contra. El desafío de la mayor parte de los arqueros en estos tiempos es adquirir una buena técnica para poder jugar con los pies.

Después del Mundial de Italia 90, la nueva norma estableció que si un jugador de campo le pasa el balón al portero – en muchas oportunidades para hacer tiempo – este no puede tomarlo con las manos y está obligado a utilizar sus pies. Este fue el comienzo de las dos funciones que debían cumplir los nuevos arqueros. Y desde ese momento, fue evidente que la gran mayoría de ellos tenía enormes problemas para el manejo del balón, se ponían nerviosos y concedían goles increíbles.

Hace años, a los arqueros se les exigía que cumplieran con cinco fundamentos básicos para ocupar un puesto tan riesgoso: tener agilidad, fuerza de piernas, saber descolgar centros, no dar rechazo y salir jugando por los laterales. También era importante que estuvieran atentos al juego, bien ubicados y que siempre dieran seguridad a sus compañeros de equipo. Pero lo más importante era atajar los balones, tener confianza en sus condiciones, convivir con las emociones y que pudieran soportar la presión y sobreponerse rápidamente si tenían una jugada desafortunada. En eso, el guardameta es diferente del resto de sus compañeros de cancha que se respaldan mutuamente; él está solo en el arco siempre atento para evitar lo más lindo que tiene el fútbol: el gol.

El saque de portería lo hacía el arquero y la pelota debía salir del área grande para que la pudiera jugar con unos de sus compañeros; si la misma no salía, se debía efectuar de nuevo el saque desde el área chica. Recuerdo que muchos porteros hacían el saque con un envío potente con el pie hacia el medio del campo de juego, dividiendo la pelota, y había otros que con un pase largo con sus manos habilitaban a sus compañeros, como lo hace hoy frecuentemente Thibaut Courtois con Real Madrid.

El arquero, por encima de todas las cosas, debe trasmitir confianza a sus compañeros, ya que es el último eslabón de una larga cadena. La inseguridad que puede sentir en algunos momentos del partido la puede trasmitir al resto de los jugadores y ese es un factor emocional difícil de poder disimular.

Los mayores problemas vienen cuando el arquero comete un error; pese a que la gran mayoría de los jugadores los comete, cuando lo hace un portero en la mayoría de las oportunidades termina con un gol en contra.

Sin embargo, hace pocos años se cambió la regla, y ahora los arqueros pueden hacer el saque de arco con sus defensas sin que el balón deba ser recibido afuera del área, como se exigía anteriormente. Esto es algo que no parece difícil, pero que muchas veces provoca desinteligencias que llevan a que se arriesgue demasiado el balón en una zona tan peligrosa. Que ahora el balón no deba salir del área no significa que haya que colocar dos defensores dentro del área chica en cada saque de meta. ¿Por qué? Porque al ubicar a dos defensores a solo metros del arquero en el saque, los rivales al presionar están mucho más cerca que antes, en caso de robar el balón, de la portería rival, y allí es donde se producen las equivocaciones entre zagueros y arqueros.

Hemos observado que son los técnicos quienes obligan a sus arqueros a jugar con los pies cuando, muchas veces, no les han dado las herramientas necesarias en los entrenamientos, para que tengan la misma habilidad para pasar el balón que poseen el resto de sus compañeros de equipo.

Es por ello por lo cual, casi siempre y en todos los partidos, tanto a nivel de clubes como de selecciones, vemos muy malas salidas del arquero con sus zagueros que muy a menudo terminan en goles, ya que en lugar de salir jugando por los laterales lo hacen por el medio del área, que es la zona más poblada por el equipo rival y así llegan los goles increíbles del fútbol actual.

También debemos destacar el abuso que hacen los defensas de dar el pase hacia atrás al arquero y, lo que es peor, sin mirar la posición de su compañero. ¿Cuántas veces vemos a un jugador que está libre de marcas en el mediocampo y en lugar de avanzar decide enviar un balón largo hacia atrás para su arquero? ¡Todas las semanas y en todos los países del mundo! El fútbol actual está llevando a que con la cantidad de torneos que se disputan y los pocos días de descanso entre partidos, los jugadores entrenen cada vez menos y que la falta de práctica los lleven a cometer errores tan graves.

Como ejemplo, podemos citar al último Balón de Oro, Karim Benzema quien ha aprovechado los errores de los arqueros en Champions con la presión que les hace. Recordemos lo ocurrido en el 2022 con Édouard Mendy, el excelente arquero senegalés del Chelsea, que estaba fuera del área y cuando quiso hacer un pase a Antonio Rüdiger se equivocó, lo que aprovechó Benzema para anotar el gol con el arco libre. Esta no fue la única vez que sucedió, ya que con Loris Karius del Liverpool en la final de Champions League en el 2018 y con Gianluigi Donnarumma de Paris Saint-Germain en la edición del año pasado también el francés logró su propósito: aprovechar el error del guardameta para conquistar un gol.

Entiendo que la decisión de los técnicos de salir jugando es loable, ya que la salida con control de balón es la más adecuada, pero lo que no admito es que por forzar una salida con los pies muchas veces les cueste goles en contra. Pienso que nadie quiere cometer errores, pero hacer creer que el error es parte del fútbol es irritante. ¿No sería mejor ya que el arquero es el único que tiene un entrenador especial, que en las prácticas así como se le exige con remates bajo el arco, que también se le enseñe a jugar con los pies y cómo controlar el balón, darle dirección, potencia y precisión para evitar estos errores tan reiterados que muchos los aceptan como parte del fútbol?