Motivado por su hijo mayor, Iván Z. Gabor publicó el libro “Echoes of my Footsteps” (Los ecos de mis pasos), de 330 páginas, editado por AuthorHouse.
Actualmente, Gabor tiene 76 años, pero hay cuatro que quedaron grabados en su mente. Y todo comenzó hace mucho tiempo. Gabor sobrevivió el holocausto y, en Argentina, cuando su primer hijo era pequeño, le contaba cuentos, pero no eran los conocidos relatos tradicionales.
Gabor le narraba cuentos de la guerra, ya que la sufrió como niño, de los 5 a los 9 años. Resulta un poco extraño que le contara ese tipo de historias a su pequeño hijo Gabriel, pero esas experiencias para un pequeño de 6 años eran asombrosas y fue precisamente él quien siempre motivó a su padre a escribir y publicar esas historias.
Gabriel recuerda que en su época como estudiante de Educación Secundaria tenía un grupo donde hacían reuniones todos los meses y a las cuales siempre concurría gente importante para hablarles; generalmente los escuchaban los primeros minutos, pero su padre les hablaba una hora y los alumnos no solo atendían, sino que quedaban fascinados por sus relatos.
Guerra, dolor, amor y éxito empresarial
En estos momentos, Iván Z. Gabor vive en Sunny Isles Beach, en el condado de Miami Dade, donde reside desde hace 33 años y durante la guerra era un menor; la mayoría de las personas no recuerda tan claramente esos sucesos y por ello él representa la última generación de testigos del hecho. Es importante destacar que quien lo escribe es un sobreviviente y todo el libro está afectado por lo que le pasa en los años de juventud donde demuestra el triunfo y el amor y destaca lo que le pasa a un niño que sobrevive luego que se va de Hungría.
Generalmente, cuando se escriben estos libros, el protagonista cuenta cómo tuvo que proteger a sus hijos; sin embargo, en este caso, él relata cómo su padre lo protegió. Pero termina la guerra y tres años después está en la miseria y a punto de morir y luego, cuatro años más tarde, pasa de la calle a la fama, pues con solo 13 años se convierte en una pequeña estrella del Teatro Nacional de Hungría.
En el medio de su carrera hubo mucho movimiento de jóvenes hacia Israel para trabajar en el país y a la edad de 14 años se muda a Israel -sin decirle nada a su familia- lo que provoca mucha molestia de su madre, quien hasta lo creyó muerto, y pese a que después se entera dónde está siempre quedó un resquemor, hasta el momento en que su madre fallece en Miami a la edad de 93 años.
En Israel no le va bien y queda desamparado, en la calle, y si no fuera por la generosidad de gente que conoció en Haifa, no hubiera podido sobrevivir.
De allí se traslada a Argentina, gracias a un tío, y es en dicho lugar donde tiene mucho éxito al fabricar, con su esposa, ropa para jóvenes, un nicho de mercado que no estaba contemplado en la industria de la moda, donde solo se vendía para niños y adultos. La ropa para jóvenes comienza a ser un verdadero éxito en un par de años, pero como muchas veces el éxito no se perdona, recibió varias amenazas y por ello con toda su familia decidió trasladarse a los Estados Unidos.
Se divorcia, y en Miami conoce a su actual esposa, Rebeca, 25 años menor que él, con la cual protagoniza una historia de amor digna de las mejores películas de Hollywood.
El libro salta permanentemente de su etapa en Europa y Sudamérica a sus vivencias en Miami, siempre jugando con el tiempo, alternando la lectura de la historia de su encuentro con Rebeca con los difíciles momentos vividos en el viejo continente. Este libro es un canto a la vida, el cual nos enseña que nunca se debe perder la esperanza, ya que muestra los horrores de la guerra desde la mirada de un niño que siempre quiso salir adelante y lo logró y ahora disfruta de la vida en compañía de sus seres queridos.