En mi reciente viaje por Italia tuve la gran oportunidad de ver en acción a uno de los mejores arqueros del mundo, el brasileño Julio César, un gran profesional y mejor ser humano, que es uno de los grandes ídolos del triple campeón de Italia, Inter.
Es un verdadero espectáculo presenciar un partido en el mítico Giussepe Meazza de Milán, con 80 mil tifosi que vibran desde el mismo momento en que se anuncia la integración de su equipo, repitiendo a coro lo que dice el locutor o cantándole a su técnico José Mourinho, a quien le profesan una gran admiración. Una afición seguidora que tuvo su premio luego de 45 años.
Al otro día del encuentro ante Chievo, en el Castello Sforzesco, que actualmente alberga museos de arte, nos encontramos con Julio César, quien estaba recorriendo el sitio histórico con varios amigos brasileños y allí comenzamos a hablar sobre sus comienzos y el Mundial.
Julio César, conocido por su amigos como Cesinha, recuerda con mucho cariño su infancia y siempre agradece la unión que tuvo con su madre Fátima, quien siempre estuvo al lado de sus hijos.
“Taffarel era el ídolo de mi padre Jenis y siempre me animaba cada vez que llegaba dolorido de los duros entrenamientos, ya que seguía jugando también al fútbol de salón. Pero llegó el momento en que tuve que decidir mi futuro por Flamengo y el 13 de mayo de 1997 debuté frente a Palmeiras con 17 años. En 1998 jugué solo cinco juegos y en el 99 ninguno, pero en el 2000 llegó mi gran oportunidad, ser titular del equipo con mayor cantidad de fanáticos a los 21 años.”
“Fui convocado por primera vez a la selección brasileña Sub 17 para el Mundial de la categoría en 1996. Pero mi historia en la selección brasileña mayor no comenzó bien, ya que en el 2002 soñaba con ser convocado como el tercer arquero para la Copa del Mundo, pero Felipao se decidió por la experiencia de Rogerio Ceni, que tenía 29 años”.
Sin embargo, esta decepción le hizo madurar, al igual que el casamiento con la modelo y actriz Susana Werner. La primera chance de jugar en la selección fue en la Copa América del 2004 en Perú, donde fue una de las grandes figuras del campeón. Sus buenas actuaciones llamaron la atención del técnico italiano Roberto Mancini, quién lo llevó para el Inter de Italia en el 2005. Como el Inter tenía completa la nómina de extranjeros fue cedido en préstamo al Chievo Verona donde podría tener mayor actividad. Sin embargo, estuvo 6 meses sin jugar y ese mismo año se reintegró al Inter para sustituir a Francesco Toldo. En el 2005 ganó con su selección la Copa Confederaciones 2005, y al año siguiente fue llamado a la selección para el Mundial de Alemania, donde Brasil no llegó a la final en lo que fue considerado un fracaso.
Luego de la Copa del Mundo del 2006, en donde fue suplente de Dida, quedó fuera de las convocatorias de Dunga por varias lesiones y el entrenador probó con Gomes, Helton y Doni, pero su brillante actuación ante Uruguay por las Eliminatorias en Morumbí fue decisiva para ganar la titularidad en el arco brasileño. Desde ese momento, bajo el comando de Dunga, jugó 36 partidos, en los cuales solo tuvo 21 goles en contra.
Titular indiscutible, Julio César, actual campeón de la Champions con el Inter, vive su mejor momento deportivo y está considerado entre los mejores del mundo junto con Gianluigi Buffón, el titular de la Juventus y de la selección campeona del mundo en el 2006.
Potente de piernas, muy sólido en el juego aéreo, de espectaculares reflejos, se ha convertido en un verdadero especialista en detener tiros penales y le ha dado seguridad a Brasil en el arco, la misma que tenía con Gilmar en 1958 y 1962 y la misma que con Tafarell en 1994. Fue convocado 78 veces y disputó 44 partidos.
Dunga sabe muy bien lo importante que es el tener un excelente portero y por ello se ha decidido por Julio César. Nos contó que Dunga tiene un objetivo bien definido con un sentido muy estricto de la justicia para sus dirigidos. Todos saben que la competencia es muy grande y que deben aprovechar las oportunidades, ya que el técnico no tiene preferencias y a todos los trata por igual. Según el arquero, Dunga es un profesional muy serio, muy exigente y consigue siempre mantener un grupo unido. Sabe que será un Mundial muy difícil, pero tiene confianza en poder conseguir el sexto título mundial para Brasil.
Julio César tiene contrato con el Inter hasta el 2014 y va a intentar aprovechar su gran momento para cumplir la totalidad del contrato con los negriazules de Milán y buscar darle una nueva alegría a los fanáticos de Brasil.