En el camino hacia El Tajín encontramos un parque temático donde todas las primaveras se organiza Cumbre Tajín, festival de conciertos, conferencias, danzas y muestras gastronómicas en un magnífico entorno ecológico y arqueológico.
Finalmente llegamos a la zona arqueológica que en diciembre de 1992 fue declarada por UNESCO, Patrimonio Mundial de la Humanidad.
El Tajín es una de las imágenes más representativas del Estado de Veracruz. Su nombre significa trueno o rayo. Ubicado cerca de la costa del Golfo de México, tiene una tecnología arquitectónica muy avanzada: ya conocían el sistema de la cimbra, es decir, usaban soportes de madera para colar los techos, que quedaban formados por una sola losa de una mezcla de cal obtenida de conchas marinas y arena. Se han detectado 200 edificios y 17 canchas de pelota y una excelente arquitectura que solamente los totonacas imprimieron a sus edificios.
Allí nos recibe nuestro guía, el Licenciado Fernando Tricante, un excelente conocedor de la zona y una muy agradable persona, quien nos dice: “Dos arroyos rodean la ciudad, lo que nos demuestra que había dos entradas: una es la que estamos recorriendo y la otra en el extremo, que facilitaría a la gente trabajadora su concurrencia a las ceremonias. Hay que imaginar lo que era El Tajín con aproximadamente de 25 a 30 mil habitantes, en un terreno tan solo de 10 km. cuadrados y con una naturaleza exuberante que fue lo que realmente la protegió, porque el suelo al ser tan húmedo ayudó a la conservación. Cuando en 1519 llegan los españoles a Cempoala, El Tajín ya tiene 300 años de abandono y realmente nunca se enteraron de que había existido una ciudad como esta hasta finales de la Colonia. La ciudad chocaba contra los cerros y el espacio se les comenzó a saturar y eso generó un problema de sobrepoblación que creó diferencias sociales, porque El Tajín como ciudad primero abastecía a las poblaciones aledañas, pero luego sucedió lo contrario y tuvieron que salir para buscar nuevos espacios para la caza, la pesca y la recolección, ya que como no había una rotación de cultivos hubo que comenzar a talar árboles, lo que creó un problema climatológico”.
En El Tajín es interesante apreciar la asociación de la escultura y la arquitectura. Sobresalen los bajorrelieves del edificio de las Columnas del Juego de Pelota Sur, en donde se ven representadas escenas del desarrollo del juego que han permitido comprender su significado.
“Mucha gente que viene me pregunta por los colores de las construcciones y otros se plantean si al subirse a ellas no le pasará algo al estuco. Sí que les pasa, porque es un material poroso que estuvo mucho tiempo bajo la humedad y cuando se descubrió hubo que taparlo con hojas de palma, y si se le golpea o pisa se quiebra.”