Acompañados por el Lic Juan Carlos Domínguez, y por Lilia Telma García de la Oficina de Turismo de Papantla, ascendimos a una montaña por un pedregoso camino hasta llegar a un sitio arqueológico estratégicamente ubicado, poco conocido por el visitante común, donde lo primero que nos sorprendió fue el color verde del césped, logrado por la humedad propia del suelo. No lo riegan ni lo abonan, sin embargo, las distintas tonalidades del verde… ¡deslumbran!
Desde cualquier altura todo se ve como una gran alfombra. Una suave brisa recorre el ambiente y cuando caen las hojas de los frondosos árboles se confunden con cientos de mariposas amarillas, azules, celestes, naranjas, que vuelan por todas partes. ¡¡Un privilegio poder disfrutar de ese espectáculo!!
Lo impecable de la zona es digno del mayor elogio, ya que quienes están encargados del mantenimiento juntan permanentemente las ramas y hojas que caen de los altos árboles.
Cuyusquihui, a 37 km. de Papantla, es uno de los lugares que surgieron tras la ida de la población de El Tajín como centro rector de la región del valle de Tecolutla. Su nombre es la combinación de dos palabras totonacas: cuya, “armadillo”, y quihui, “árbol, palo o madera”, por lo que el significado sería “árbol de armadillo”. Los altos muros que corren de norte a sur hacen que esta ciudad, fundada hacia el año de 1250, semeje una fortaleza, tal vez una consecuencia de la inestabilidad producida por la ausencia del gran centro hegemónico de El Tajín.
En el año 1465, el lugar fue conquistado por los guerreros de Moctezuma Ilhuicamina, lo que dio paso a una cultura híbrida de características huastecas, totonacas y mexicas.
Para desplantar sus edificios, los habitantes de la ciudad realizaron nivelaciones en las laderas de la explanada en que se ubica el sitio. Las estructuras más destacadas son un macizo piramidal de cuatro cuerpos con un pequeño muro vertical; en él se han hallado restos de pintura azul y roja; los objetos encontrados aquí —un cuchillo, cerámica fina y tabletas con el relieve de Quetzalcóatl— indican que el edificio estuvo destinado a funciones rituales.
El edificio hacia el sur es el más antiguo del lugar, en cuya cima se localizó un monolito de dos metros de altura y que fue remodelado en tres ocasiones, la última, ocurrida en 1400, muestra influencia azteca. El juego de pelota, con su cancha en forma de “I”, que mide 72 metros de largo por 4 de ancho, fue construido sobre un accidente topográfico y actualmente es muy difícil llegar por la gran maleza existente.
La insistencia del Lic. Juan Carlos Domínguez en que conociéramos Cuyusquihui, estuvo totalmente justificada, ya que fue uno de los lugares más hermosos que conocimos en nuestro viaje y nos hubiera gustado quedarnos más tiempo disfrutando de ese ambiente apacible y realmente cautivante.
