A propósito del estreno de Man of Steel, es momento de recordar el anterior largometraje de Superman, estrenado hace 7 años. Superman Returns, de 2 horas y 34 minutos de duración, llegó a los cines de todo el mundo en junio del 2006. La productora Warner Bros. contrató al director Bryan Singer (el mismo de las dos exitosas “X-Men”), a Kate Bosworth como Lois Lane, al ganador del Oscar, Kevin Spacey como el villano Lex Luthor, y confiaron para el papel del Hombre de Acero en un desconocido: Brandon Routh de 26 años, nacido en Iowa, con experiencia en algunas series de televisión.
El actor comentaba sobre su personaje: “Mi Superman es muy distinto de los anteriores, principalmente por el guión. Creo que madura mucho más porque se ha ido por varios años sin despedirse. Es por ello que tiene problemas al relacionarse nuevamente, inclusive con Lois”.
Esta era la premisa de la película: “Tras una misteriosa ausencia de varios años, el Hombre de Acero regresa a la Tierra. Un antiguo enemigo, Lex Luthor, pugna por dejarle indefenso de una vez por todas. Superman descubre que la mujer que ama, Lois Lane, ha seguido con su vida (está comprometida y tiene un hijo). El agridulce regreso de Superman lo enfrenta al desafío de superar la distancia entre ellos, mientras encuentra su lugar en una sociedad que ha aprendido a vivir sin él”.
Algo que causó mucha controversia fue la decisión del director Singer de incluir la voz y escenas nunca vistas de Marlon Brando alteradas con efectos digitales, para conectar esta película con las anteriores. En 1978, Brando grabó conjuntamente su trabajo de Superman I y II durante solo dos semanas. Por varias razones y principalmente por la de cambiar al director original Richard Donner por Richard Lester para la segunda parte, varias escenas de la segunda película fueron cortadas en la edición final y esas fueron usadas para esta película.
La película costó 270 millones de dólares y recaudó, alrededor del mundo, 391 millones de dólares. A pesar de eso, fue considerada como un fracaso, debido al tono nostálgico de la historia, la poca cantidad de escenas de acción y la falta de habilidad del director para generar entusiasmo en su personaje central, quien se limitó a cumplir con su papel y rendirle tributo a Christopher Reeve, el protagonista de los filmes de Superman de 1978, 1980, 1983 y 1987.