Por Fernando Ottati

La nueva película Superman, dirigida por James Gunn, es el inicio de una nueva etapa para el universo cinematográfico de DC. Este director, exitoso por sus tres películas de Guardians of the Galaxy en Marvel, fue nombrado copresidente de DC Studios con la misión de reinventar el universo de DC. Gunn escribió la historia y consideró que como ya todos conocemos los orígenes de Superman no era necesario volver a contarlo en esta entrega. La película comienza con una serie de sobreimpresos en letras blancas sobre imágenes de la Antártida donse se relata cómo empieza esta historia. Cada frase comienza con el enigmático número 3: “Hace tres siglos…, hace tres décadas…”, hasta uno que dice “hace tres minutos Superman perdió su primera batalla” y luego vemos las escenas que ya aparecieron en el tráiler: Superman cayendo abatido y luego siendo rescatado por su perro, Krypto. Este canino ya había aparecido en el mundo animado (en DC League of Super-Pets), pero ahora llega a la gran pantalla en una versión completamente digital y basado en la raza y en la personalidad del perro real del director.

Lo que es realmente preocupante de esta película es que parece la segunda parte de una historia que nunca vimos y eso es una gran falla. Se nos presentan una gran cantidad de personajes, y algunos superhéroes nunca antes vistos, cuya historia y motivaciones se desconocen. Si su teoría del origen funciona con Superman, Gunn no debió hacer lo mismo con el resto de los personajes. Existe un grupo de tres superhéroes que tentativamente se hacen llamar “The Justice Gang“; ellos son: Green Lantern (David Fillon), Hawkgirl (Isabela Merced) y Mr. Terrific (el keniata Edi Gateghi). Para sumar más personajes aparecen todos los integrantes del Daily Planet, y obviamente sucede lo mismo: todos ellos carecen de personalidad porque solo en algunas escenas de pocos segundos de duración es imposible conocerlos.

Lamentablemente, vemos muy pocas secuencias en la redacción del Daily Planet, algo que elimina la posibilidad de ver al personaje de Clark Kent, a quien apenas llegaremos a conocer. Algo muy importante y que también hace parecer que esta es una segunda parte es que Lois Lane, interpretada por la ganadora del Emmy, Rachel Brosnahan, conoce el secreto de la doble identidad de Superman. Esto ya fue mostrado en el tráiler, y a su vez, también elimina una gama de posibilidades creativas y originales de ver qué es lo que hace Clark para convertirse en Superman sin que Lois lo note, y ver cómo ella reacciona cuando descubre su secreto. Además, ya en el tráiler nos enteramos de que ambos están en una relación amorosa (aquí vuelve el número 3 porque celebran su tercer mes como pareja). Brosnahan se luce con su interpretación de la intrépida reportera, (que sorprendentemente puede pilotear naves de superhéroes sin instrucciones ni lecciones previas), y tiene una larga escena donde entrevista al héroe y con preguntas implacables, logra sacar a Superman de sus casillas.

El estadounidense nacido en Philadelphia, David Corenswet, es quien encarna a Superman en esta nueva entrega, y lo hace con gran solvencia. En realidad, interpreta a los dos clásicos personajes: por un lado, a Clark Kent, con su cabello desordenado, vestido de traje y corbata, y con movimientos algo torpes, oculto tras unos lentes que parecen tener un efecto hipnótico (detalle que remite a una historieta de Superman de los años 70), y por otro, al imponente Superman. Con una estatura de 1,93 metros, Corenswet parece hecho a medida para el papel de superhéroe. Curiosamente, a este poderoso héroe Gunn le suavizó sus poderes, ya que no es invencible como en otras entregas, algo que llama la atención, ya que es fácil derrotarlo. Para sumarle más personajes a esta historia conoceremos a los padres adoptivos de Superman y también a sus padres biológicos, quienes son importantes en la trama de la película.

El filme cuenta con escenas de luchas sorprendentes entre Superman y los villanos. Uno misterioso llamado Ultraman, otro con la venezolana María Gabriela De Faría interpretando a The Engineer, un personaje que convierte su cuerpo con nanotecnología y dice algunos insultos en español, y Lex Luthor, interpretado de gran forma por Nicholas Hoult. Este actor, quien ya había trabajado en películas de superhéroes como X-Men, es el único que explica su odio hacia Superman al final de la película. Otro villano, que es una caricatura de un dictador, no causa la misma impresión ni intimidación.

Tener tantos personajes en acción le resta participación al hombre de acero; muchas escenas en donde actúan los otros héroes (como es el caso de Mr. Terrific) podían haber sido interpretadas por el kriptoniano. Otro personaje que aparece más de lo esperado es Eve Teschmacher, la novia “tonta” de Lex, interpretada por la modelo Sara Sampaio, quien se dedica a sacarse selfies todo el tiempo y, sin explicaciones (ya que al parecer nos faltó ver la primera parte), está secretamente enamorada de un personaje del Daily Planet, algo que no tiene mucho sentido.

Uno de los temas más profundos en los que se enfoca la cinta es en la humanidad del personaje de Superman. Aunque es un alienígena por naturaleza, fue criado por sus padres adoptivos terrícolas, quienes no solo forjaron su identidad, sino que fueron los responsables de transmitirle sus valores y por encima de todo, cultivaron la bondad en su corazón. La película, a través de estos elementos, explora la lucha de Superman por encontrar un lugar en un mundo que no es el suyo. Este dilema se ve reflejado en el conflicto con el villano, Lex Luthor, quien lo desprecia y siente una repugnancia por él debido a su origen. Luthor, en su odio, se niega incluso a usar el pronombre “él”, refiriéndose a Superman despectivamente como “eso”. Algo particular de la película es la decisión del director Gunn de abandonar la clásica casa grande de los Kent con el granero, como en los cómics y series de televisión, y optar por un enfoque más humilde: una casa de dos tráilers, evocando aquellos que él mismo vio innumerables veces mientras crecía en su pueblo natal de Missouri.

Los efectos especiales son muy buenos en algunas escenas, pero en otras se nota claramente que son generados por computadora, algo extraño para una producción de 225 millones de dólares. Un giro de la trama que no tiene precedente en los cómics es la inclusión de unos portales de Lex Luthor, que lo transportan a un mundo paralelo, una dimensión conectada a la fibra misma del universo. En este oscuro reino, Luthor tiene cárceles donde no solo encierra a alienígenas, sino que también mantiene prisioneras a sus exnovias. Este mundo sombrío presenta algunos sectores sorprendentemente coloridos, algo que recuerda la estética de Quantumania. Aquí también se muestra a un bebé verde, claramente generado por CGI, que luce como un muñeco de goma, restándole realismo a las escenas. En cambio, el perro de Superman, que en varias ocasiones interviene para salvar al héroe, sorprende por lo bien logrado que está, al punto de que nunca parece completamente digital, aunque el canino tiene demasiada participación en la cinta.

Hay momentos donde el héroe se aleja de su habitual conducta bondadosa. Algo que también se ve en el tráiler es que Superman golpea a un ser humano sin poderes, arrancándole los dientes, y utiliza sus rayos láser contra sus rivales, aparentemente con resultados letales, aunque nunca queda del todo claro si estos mueren. En cambio, existe un superhéroe que, sin justificación alguna, mata a su enemigo a sangre fría, algo muy extraño ya que los héroes no deberían asesinar a los criminales.

James Gunn intentó abarcar el amplio universo de DC y varios de sus personajes en las dos horas y nueve minutos de Superman, pero, en el proceso, perdió de vista a su protagonista central. El guion que él mismo escribió tiene varias fallas estructurales, conveniencias narrativas evidentes y subtramas que nunca llegan a ser realmente exploradas. Lo más notorio es cómo se distancia de la esencia del mundo de los cómics. Además, decidió mostrar en los tráilers mucho más de lo necesario, revelando demasiadas escenas y momentos claves.

En resumen, la película tiene altibajos; si bien es entretenida y ofrece una propuesta visualmente interesante, no logra cumplir con las expectativas de una introducción digna para un superhéroe de la talla de Superman. Y, como si fuera poco, cerca del final presenta a una superheroína ebria, un recurso que no produce risas, y que ya lo habíamos visto previamente en The Flash. Sin dudas, este no fue el mejor debut para un personaje femenino que próximamente tendrá su propia película dentro de este nuevo universo cinematográfico.