Ebolillo-gomezl Profesor Jorge Ottati nos cuenta como ha sido la carrera de Hernán Darío Gómez, el técnico colombiano que no quiso dirigir a Ecuador por segunda ocasión cuando todo estaba a su favor y dejó su lugar al ecuatoriano Sixto Vizuete.

La carrera profesional de Hernán Darío Gómez como futbolista comenzó en 1975 cuando lo contrató Independiente de Medellín, institución a la cual defendió hasta 1980. En dicho período fue convocado a la Selección de Colombia para participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. En 1980 ficha por el Atlético Nacional en donde juega hasta su retiro por una lesión en la rodilla en 1984.

A partir de ese momento, decide seguir vinculado al fútbol y comienza su carrera como entrenador, primero como asistente de Francisco Maturana en su equipo, Atlético Nacional, y luego en la Selección de Colombia en los Mundiales de 1990 y 1994. En la mejor década de la historia del fútbol colombiano, “El Bolillo” Gómez comenzó como técnico de Atlético Nacional en 1991. Y con él como guía de puros colombianos, “el verdolaga”, que tenía la dupla goleadora de Faustino Asprilla y Víctor Hugo Aristizabal, alcanzó su quinta corona. En 1998 clasifica a la Selección Colombiana al Mundial de Francia y durante la eliminatoria tuvo un gran desempeño que le valió el título de Mejor Técnico de Sudamérica, otorgado por el Diario El País, de Uruguay, en 1996.

En 1999 es contratado como técnico de la Selección de Ecuador, con la que luego de una gran campaña logra obtener, por primera vez en la historia, la clasificación para el Mundial de Fútbol de Corea y Japón 2002. Se mantuvo al frente hasta la Copa América realizada en Perú en el 2004, cuando en la fase eliminatoria su equipo no ganara ningún partido en la serie, al ser goleado por Argentina 6 a 1 y vencido por el mismo tanteador de 2 a 1 por Uruguay y México.

Este fracaso lo llevó a renunciar una vez terminado el evento el 23 de julio del 2004, en donde en un comunicado a la Federación expresó: -“Creo haber cumplido mi ciclo a tan noble causa. Somos hijos de los resultados, a los que llegamos por buenos y salimos por malos. A lo largo de los 5 años que estuve al frente me hizo sentir orgulloso de los jugadores ecuatorianos y a pesar de mi nacionalidad me sentí como un ecuatoriano más. Muchas gracias a todos”.

El 5 de abril del 2006, luego de un breve paréntesis en su carrera donde estuvo como comentarista en el Mundial de Alemania, se produjo su incorporación a la Selección de Guatemala. A su llegada al Aeropuerto esperando que le sellaran su pasaporte le expresó a la prensa: -“Quiero asistir a mi quinto mundial y al primero con Guatemala. Sé que el Mundial pasado estuvieron muy cerca de clasificar y que les faltaron cinco centavos (haciendo referencia a los puntos) para llegar al peso, esperemos ahora completarlo”

A partir de ese momento comenzó un nuevo desafío profesional para Hernán Darío Gómez que prometía mucho, pero pronto los resultados en contra que se fueron acumulando, se convirtieron en una pesada carga a la que jamás se acostumbró. Fueron 21 partidos internacionales jugados, de los cuales solo ganó cinco, empatando cuatro y perdiendo los restantes 12 juegos.

Previo a su contratación con Guatemala había manifestado su interés por dirigir nuevamente a la Selección de Colombia que había quedado sin técnico, luego de la salida de Reynaldo Rueda, pero finalmente se decidió por Guatemala.

La historia reciente es conocida, ya que luego de la humillante derrota de 5 a 0 frente a la Sub 23 de Argentina en la ciudad de Los Ángeles, que en lo previo era un “encuentro saca técnico” presentó la renuncia el 8 de febrero al considerar que no tenía un futuro prometedor y que sería difícil llevar a “la azul y blanco” a su primer Mundial, como lo había prometido en el momento de su contratación 22 meses antes.

La primera interrogante que nos viene luego de la renuncia es la de pensar ¿por qué no lo hizo antes, al fracasar en la Copa de Naciones y en la Copa Oro? ¿Por qué lo hizo en un momento tan inoportuno dejando el barco sin capitán? Sus argumentos hacia los guatemaltecos son poco convincentes para respaldar su salida.  Su pasaje por la Selección fue una constante historia de encuentros y desencuentros, de luces y sombras, donde nunca se sintió conforme con el cargo que desempeñaba, pese a que se le remuneraba muy bien por parte de la Federación. Hoy, la infinidad de frases que dijo en los largos reportajes que le hicieron repiquetean en la mente de todos los guatemaltecos defraudados: – “No vendo triunfos ni resultados sin trabajar”, manifestó en varias ocasiones.

Ecuador nuevamente se puso en su camino, o dicho de otra manera, el titular de la Federación Ecuatoriana, Luis Chiriboga, hace tiempo que estaba esperando que Gómez quedara sin compromisos para hacerle la propuesta de llevar a la Selección a su tercer mundial consecutivo, porque consideraba que era el candidato número uno.  Quién mejor que el “Bolillo”, que conoce todo lo que sucede en el fútbol ecuatoriano, han dicho sus seguidores, mientras que parte de sus detractores han expresado que ya pasó el tiempo de Hernán Darío.

Hubo mucho fuego cruzado con el vicepresidente de la Federación ,Carlos Villacís, y por ello Luis Chiriboga hizo un último esfuerzo viajando con una comitiva a tratar de convencer al técnico que se encontraba en su casa de Medellín. Sin embargo, la misma fracasó cuando Hernán Darío manifestó que “la decisión de no volver a Ecuador es la mejor para todos; el ambiente está muy pesado, complicado y orquestado  por el vicepresidente Villacís. Él maneja  a cierto sector de la prensa en mi contra. Él nunca me quiso, como cuando escogí a Quito como sede de la Selección y tuvimos el primer encontrón; luego en Japón tuvimos otro roce. Desde el comienzo no nos quisimos. No fui amable con él”.

El no rotundo de Gómez dejó a los dirigentes en muy mala posición, porque el presidente Chiriboga había dicho en un principio que no había Plan B.  Cuando parecía que estaban entre la espada y la pared, rápidamente la Federación actuó y oficializó a Sixto Vizuete, quien se había encargado interinamente de la Selección luego del alejamiento de Luis Fernando Suárez el 18 de noviembre del 2007, tras ser goleado por Paraguay.  En el momento de darle el nombramiento, Chiriboga expresó: – “Confiamos en los ecuatorianos, así que vamos con un ecuatoriano que ha aceptado la responsabilidad con humildad y decisión confiado en sus habilidades, en lo que se ha preparado como director técnico”.

No todos sus compatriotas están de acuerdo, porque dicen que a Vizuete le falta experiencia, pero el hombre que en los Juegos Panamericanos de Rio de Janeiro logró la medalla de Oro con un puñado de jóvenes ecuatorianos no eludió el reto histórico y con trabajo tratará de demostrar que su elección fue la correcta.

El tiempo y los resultados, que siempre inciden en la tarea de los técnicos, dirá quién tuvo la razón.

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